Este comercial puede ser gracioso, viéndose de un punto de vista humorístico en donde se hace un chiste basado en un estereotipo, siempre y cuando se entienda que la generalización hecha de las mujeres rubias no es cierta. Por otro lado, este comercial puede ser muy ofensivo ya que abusa del estereotipo de que las mujeres rubias son tontas o burras.
En este caso, ella entra en una biblioteca y hace un pedido como si estuviera en un establecimiento de comida rápida. Entonces la bibliotecaria le dice “esto es una biblioteca”. La rubia mira a su alrededor y ve que todos están leyendo silenciosamente y no quieren ser perturbados con la bulla. Supuestamente se da cuenta de su error y entonces, tímidamente, regresa a la bibliotecaria y le pide, de esta vez en voz baja, el mismo orden de papas fritas, una hamburguesa y una malteada.
Lo peor de todo esto es el eslogan utilizado por Mercedes Benz para vender su producto, diciendo “la belleza no es nada sin cerebro.” Con esto quieren decir que su nuevo automóvil no solo tiene un visual atractivo y un diseño innovador pero que también tiene una tecnología muy avanzada que ha requerido mucha inteligencia para haberla desarrollado. Sin embargo, a la vez están insinuando que las rubias a pesar de que sean bellas no son inteligentes. De este modo crean un grado de comparación en que denigren la imagen de las mujeres rubias para decirse más inteligentes y bonitos.
Hoy en día el estereotipo de que las rubias no son inteligentes ya esta tan incrustado en nuestra sociedad que incluso las rubias lo toman como una broma o un chiste, pero se olvidan de que esto puede ser muy dañino y puede ofender profundamente a las rubias que muchas veces son discriminadas intelectualmente por un estereotipo falso y completamente ficticio.
Mercedes Benz podría muy bien crear otro comercial que transmitiera el mismo mensaje de que sus carros son bonitos e inteligentes sin tener que degradar la imagen de las rubias. Esto que hicieron muestra que una compañía grande y respetada como Mercedes puede fallar en la ética y la responsabilidad social, promoviendo un comportamiento grosero, creando la idea que es normal o aceptable actuar de forma hostil como en el conocido “bullying” en que, metafóricamente, pisan en uno para parecerse más altos.